Salud

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viernes, 20 de septiembre de 2013

MI EXPERIENCIA DE SALUD



Cada invierno con el frio llegan las enfermedades o mejor dicho las gripes y las inflamaciones. En mi casa todos los años siempre cogíamos una gripe, la mayoría de las veces me ponía yo mala y mis hermanos rara vez estaban enfermos. Siempre que teníamos gripe o algún virus; mi madre nos dejaba quedar  en casa para recuperarnos. Para mi eran como unas segundas vacaciones, pasaba todo el día en cama, podía ver la televisión y me consentían casi todo.
Mi madre y mi familia estaban muy atentos por si necesitaba algo, si quería comer, beber o si me encontraba mal. Si  mis tíos o amigos de la familia se enteraban de que estaba enferma me consentían con unas chucherías, revistas o algún regalo sorpresa. Cuando llegaban mis hermanos del colegio iban para mi habitación y se pasaban allí la tarde conmigo haciéndome compañía, contándome novedades del colegio y cuidándome. Otra manera de consentirme era con la comida. Mi madre nos preparaba comida blanda y cocida. Pero lo bueno es que podía elegir la comida. Como a mí me gusta mucho el pescado, mi padre ya me traía varios tipos de pescado para comer los días que estaba enferma.

Cuando ya estaba recuperada, tenía que ir al colegio. Los compañeros estaban todos preocupados. Y los mismo ocurría cuando un amigo/a estaba enfermo, todos los días le preguntábamos al profesor/a porque no venía al colegio. Lo mismo ocurrió cuando me operaron de apéndice. La profesora, en nombre de mis compañeros, llamaba cada tres días para saber cómo iba mi evolución. Luego se lo decía a mis compañeros. Recuerdo cuando me dieron el alta, llegue a casa y el cartero había dejado una carta para mí. Era de mis compañeros de clase, que me mandaban recuerdos y que me mejorar pronto. Cuando regrese al colegio mis compañeros querían ver la cicatriz que me quedara de la operación, querían tocarla porque era algo nuevo para ellos. Además me contaban actividades o excursiones que habían realizado en los días que yo había faltado. En una semana mis compañeros no se separaban de mi lado preguntando que me habían hecho, si me dolió la operación, si iba al colegio del hospital, etc.
 
 
Rosa Marii

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