La verdad es que si intento recordar mis
experiencias con la salud a lo largo de infancia y niñez tampoco podría
alcanzar a hablar de “problemas de salud”.
A lo largo de mi niñez, al menos por lo que yo
recuerdo no he tenido enfermedades importantes. Varicela…¿Quién no ha tenido
varicela? Supongo que esa fue la enfermedad
más importante de la infancia…y de hecho la que me marcó para siempre…pues
no es difícil encontrar alguna marquita en mi cara de algún grano de esos que
mi madre siempre decía…”no toques”…y que yo siempre acababa tocando…Recuerdo
que le echaba aquel producto…- ”Talquistina” se llamaba- y que me aliviaba un
poco…
También estaban los catarros esporádicos que cogía
cuando hacía frío, la gripe, el dolor de oídos, las amigdalitis o aquellas
vomitonas cuando la comida me hacía daño… pero sólo eran pequeñas molestias típicas de todos los
niños.
Sin duda lo que peor llevaba era cuando tenía fiebre…mis
padres me llevaban a un médico privado que estaba en nuestra misma calle…y no
quería llegar por si me pinchaba…pero la fiebre me dejaba agotada…no me gustaba
nada esa sensación.
Ya en la adolescencia empezaron las alergias…tenía
mocos, me dolía la cabeza…y el resultado fue terminar acudiendo a un alergólogo
para realizar las pruebas de la alergia y descubrir más tarde que era alérgica
a los ácaros…pero tampoco era una alergia elevada…y podía convivir
perfectamente con ella, tomando unas pastillas cuando empeoraba…bastaba con no
exponerme mucho a lugares con polvo.
En la escuela recuerdo que los profesores nos
explicaban que debíamos cuidar nuestra salud mediante dos acciones básicas.
Todo se basaba en una buena alimentación y en la práctica regular de ejercicio
físico. Nos enseñaban la pirámide alimenticia y nos decían qué debíamos comer y
en qué cantidades. Siempre insistían en el pescado y a mí no me gustaba nada…
Hubo una temporada en la que repartían leche en el
cole y me encantaba porque las bolsitas traían dibujos muy atractivos y
adivinanzas…
Otro clásico del cole era el flúor…siempre nos
decían que debíamos enjuagarnos la boca con él y no me gustaba mucho…insistían
en que teníamos que llevar una buena salud bucal lavándonos los dientes al
menos tres veces al día…Pero sin duda había una cosa que nunca queríamos y que
algunas veces nos tocaba sufrir…¡¡¡los temidos piojos!!! Era un suplicio para
quitarlos…venga a echarse lociones y a pasarse aquel peine para eliminarlos…
En el instituto se repetían los consejos del cole…tal
vez hicieron algo más de hincapié en la educación sexual…recibimos alguna que
otra charla al respecto y nos enseñaron a colocar un preservativo, entre otros
métodos anticonceptivos.
También nos dieron unas cuantas charlas e hicimos
algún que otro taller sobre prevención de drogas y alcohol, sin olvidar las
numerosas campañas contra el tabaco.
Si pienso en mis otros compañeros de clase..tanto en
la infancia como en la adolescencia…tampoco recuerdo que ninguno tuviera alguna
enfermedad grave…igual sí alguna caída y algún que otro escayolado…lo típico…todos
a escribir y hacer garabatos en la escayola…pero no tengo consciencia de ningún
otro recuerdo.
No puedo quejarme…en esas etapas de mi vida la
experiencia con la salud ha sido positiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario