Una aventura diminuta en el taller de cocina

El taller de cocina es muy interesante ya que permite trabajar de forma globalizada las capacidades de los niños y numerosos contenidos del currículo. Este puede organizarse de diferentes maneras: un taller semanal, un rincón del aula o una actividad que forme parte de una unidad didáctica concreta. En función de esta organización se estructurará de un modo determinado, por ejemplo, en el caso de ser una actividad integrada en una unidad didáctica se podría plantear de la siguiente manera: primero, llevar a cabo actividades de planteamiento y motivación; después, tendrá lugar el taller que consistirá en realizar las recetas, poner la mesa y disfrutar de la comida preparada; finalmente, se puede acabar con actividades de simbolización.

Las recetas a trabajar deben ser prácticas y sencillas para que los niños puedan intervenir y resulten motivadoras. Además, a ser posible, es interesante que sean recetas en las que se aprecien las transformaciones de los alimentos. Estos deben ser sanos y ponerse a disposición de los niños antes de ser utilizados para que puedan observarlos, olerlos, tocarlos, partirlos a la mitad… El motivo por el cual he escogido esta actividad es porque la higiene y la seguridad son dos aspectos fundamentales a cuidar durante todo el proceso. Además, parte de los objetivos a trabajar están relacionados con la educación para la salud: • Conocer los alimentos: de dónde vienen y por qué unos son más sanos que otros. • Aprender a aprovechar los alimentos y reciclar envases. • Promover la educación para la salud. • Crear hábitos de higiene personal. • Conocer y manejar diferentes instrumentos. • Interiorizar normas de seguridad en la cocina. • Trabajar la percepción sensorial: colores, formas, olores, sabores… Aquí os dejo el enlace de una propuesta hecha en el blog aventura diminuta y una presentación con algunas modificaciones que yo haría: http://aventuradiminuta.blogspot.com.es/2012/10/el-taller-de-cocina-en-educacion.html Marta Martínez Carril